Alejandra Espinoza sorprende al revelar que es una persona muy tímida y cómo eso le afectó cuando comenzó a trabajar en televisión, cómo tuvo que superar el miedo y cómo ahora la presentadora de «Nuestra Belleza Latina» (Univision), que transmite su final este domingo, puede decir que es feliz porque aprendió a aceptarse a sí misma.
«Yo soy bien vergonzosa, la gente no me cree, yo soy bien tímida, te lo prometo.
«Cuando estaba en NBL platicaba mucho con mis compañeras, pero con la gente cuando llegaban especialmente con un artista, me daba mucha vergüenza, y va a sonar bien extraño porque trabajo en televisión y me subo a un escenario, pero no me gusta ser el centro de atención. No me gusta mi cumpleaños, sí me gusta celebrarlo, pero no me gusta que me hagan fiestas, no me gusta el momento de partir el pastel, no me gusta que me den regalos ¡me da vergüenza!
«Bueno, aquí te va, yo no le pido fotografías a los artistas, me da cosa que me digan ¡no!».
Alejandra ahora sabe que su problema era el miedo.
«Yo creo que la razón por la que una persona es tímida es porque tiene miedo al fallo, tenía mucho miedo a fallar, tenía miedo a equivocarme, a hacer una pregunta incorrecta y que me juzgaran por la pregunta que estaba haciendo… Y después la gente se pone muy pesada, y critican, no todo el mundo, algunas personas, voy a corregir. No te tratan a lo mejor como a ti te gustaría, entonces obviamente uno se pone como un «escudo», quieres que todo el mundo aplauda lo que tú haces, y quieres que todo el mundo esté contento con la respuesta que diste.
«Eso es lo que me pasaba a mí hasta que una persona muy sabia, que es Don Francisco, me dijo que el día que yo fuera como era en la reunión del libreto, o el día que yo hablara y me expresara de la manera que yo me expresaba, ese día me iba a disfrutar esta industria y ese día iba a sacar mi personalidad y a ser feliz, y a ser feliz siendo lo que soy.
«Y eso es lo que yo comencé a hacer, comencé a decir lo que yo pensaba, a reírme de la manera que yo me río porque hasta eso yo me limitaba.
«Yo nunca me reía a carcajadas porque yo consideraba que mi risa era muy «annoying» o muy fea; ahora sinceramente no me importa, o no es que no me importa sino que soy feliz, esa es mi risa, con eso tengo que vivir toda la vida y no voy a limitar lo que yo soy para quedar bien con las demás personas. Acepté que soy como soy y ojalá a la gente le guste».
De todas formas, Ale admite entre risas que sigue sin superar la timidez en algún momento.
«Eso es lo que me ayudó a quitar un poquito la timidez, pero todavía no me gusta abrir regalos en frente de la gente, ¡jajaja! Es que tampoco sé cómo reaccionar, ¿qué tal si no me gusta el regalo? No me gusta mentir, qué tal si me dan algo que no me gusta y luego ¡ay, no puedo, no puedo!, entonces prefiero abrirlo en la casa».